lunes, 12 de noviembre de 2007

venian por el buzón

El otro día, como todos los días, fui a tomar el colectivo a la parada que esta en Belgrano entre Rioja y Urquiza, justo al lado del buzón. Tres hombres bajaron de una camioneta sin identificar y abrieron la puerta del buzón. Pensé que estarían trabajando para el correo y que se disponían a sacar las cartas dejadas por cientos de vecinos dirigidas vaya a saber uno a quien, o que tal vez tenían por objeto saludar a algún pariente por su cumpleaños o informar de la enfermedad de un amigo o el simple contar como anda a un ser lejano.
Al abrir esa pequeña puerta aparecieron portadocumentos, una precaria, muchas cartas, papeles sin importancia y hasta un pasaporte. Hojas manchadas con sangre. Pero no, estos tres desconocidos no venían por las cartas; VENÍAN POR EL BUZON.
Rápidamente sacaron una barreta, una maza y unas llaves y empezaron a separarlo del suelo. Con él no sólo se llevaban ese buzón, sino ese espacio donde durante tantos años muchos vecinos fueron depositando esos pequeños pedazos de papel, que unidos representaban los vaivenes de su vida, l nacimiento de un hijo, la casa recién alquilada, el empleo conseguido y tantas otras cosas que les fueron pasando y que querían comunicar a sus seres querido y lejanos, ese reclamo por una deuda impaga, esa carta escrita con añoranzas del terruño abandonado, todo eso ya no estaba. Y lo peor adonde habrán ido a parar esas últimas cartas que el cartero no llego a retirar antes de que el buzón desapareciera.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Se inauguró la línea H

Después de mucho cavar el ejecutivo porteño pudo inaugurar lo que el ejecutivo nacional le impidió hacer antes de las elecciones de Jefe de Gobierno de la Ciudad.
De seis meses a esta parte no muchas cosas cambiaron. Las estaciones son las mismas, las formaciones son usadas, los empleados son los que se desempeñaban en otras líneas del subterráneo. Sólo cambio la oportunidad política. Telerman ya no es el enemigo que era. Ahora puede inaugurar.
Y la línea H comenzó a funcionar para beneplácito de los vecinos que ahora pueden unir Caseros con Once en lo que tardan en sacar la tarjeta. No les importa que los coches sean viejos o que haya murales en las paredes. Lo realmente importante es que por fin una línea recorre de sur a norte la ciudad sin tener en cuenta los intereses comerciales del puerto, rompiendo la concepción que hizo que todas las cabeceras del ferrocarril y sus prolongaciones subterráneas terminaran en el puerto. Podrán decir que la Línea C es un excepción pero si se fijan bien verán que une dos terminales ferroviarias que confluyen en el Puerto.
Mucho esperamos los vecinos del Sur de la Ciudad por esta inauguración, sólo tenemos fe en que para inaugurar el tramo que falta no debamos esperar mucho más.

viernes, 26 de octubre de 2007

LA AMERICANA

Acostumbro ir a comer empanadas a La Americana, tradicional pizzería de Buenos Aires ubicada en la esquina de Callao y Bartolomé Mitre. Le recomiendo a cualquiera que ande por la zona que no deje de probar la empanada salteña de carne picante, en lo posible si el estomago lo deja, frita.
Pero más allá de sus empanadas lo que llamó mi atención el otro día fue que el mozo le cambiaba la carta a los comensales de la mesa de al lado mío mientras decía “así pueden ver lo que hay y eligen tranquilos” palabras que no sorprenderían a nadie si no se tratase de clientes ciegos los tres.
Mire para cerciorarme que no estaba equivocado. Y lo que me sorprendió es que la carta que les había dejado estaba escrita en Braille. Si bien el mozo conoce cuales son las comidas que venden y que en una pizzería las variantes no son muchas y la gente pide tradicionalmente cosas parecidas, no conozco muchos que idas empanadas de ananá con anchoas por ejemplo o pizza napolitana con dulce de leche, es de destacar la existencia de una carta en Braille.